Una infección del tracto urinario (ITU) es una infección que puede contraerse en cualquier parte del sistema urinario. Las ITU pueden afectar la vejiga, la uretra (el conducto por donde sale la orina), la próstata (en los hombres), los uréteres (los conductos que conectan los riñones con la vejiga) y los riñones. Son más propensas a afectar a las mujeres, pero cualquier persona puede contraerlas.
Si tiene una infección urinaria, es posible que note lo siguiente:
- Una necesidad fuerte y persistente de orinar (hacer pis)
- Orinar con frecuencia en pequeñas cantidades
- Sentir la necesidad de orinar cuando la vejiga está vacía
- Dolor o ardor al orinar
- orina turbia
- Orina con sangre , que puede verse roja, rosada o marrón.
- Orina que tiene un olor fuerte
- Dolor o malestar en la parte inferior del abdomen o la pelvis
- Una sensación de presión en la pelvis.
En algunos casos, puede experimentar fatiga, fiebre, escalofríos, dolor en la parte baja de la espalda o en el costado de la espalda, náuseas o vómitos, pero estos síntomas son más probablemente un signo de una infección renal.
Los síntomas de las infecciones urinarias no son los mismos para todos y no todos tendrán todos estos síntomas.
Según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK) , las infecciones de vejiga (cistitis) son el tipo más común de ITU. Las infecciones renales (pielonefritis) y de próstata son menos frecuentes, pero más graves.
¿Qué causa una infección urinaria y qué aumenta el riesgo?
Normalmente, los riñones producen orina al filtrar la sangre. La orina contiene desechos y agua adicional, que se desplaza por las vías urinarias y se elimina del cuerpo al orinar. Normalmente, este proceso funciona sin problemas y se mantiene libre de infecciones, pero diversos factores pueden influir en el riesgo de contraer una infección urinaria:
- Bacterias: La mayoría de las veces, las infecciones urinarias se producen cuando las bacterias entran en las vías urinarias. Generalmente se trata de Escherichia coli (E. coli), que se encuentra en el sistema digestivo. Las bacterias pueden propagarse del recto a la uretra y causar una infección allí. O pueden viajar de la uretra a la vejiga y al resto del sistema urinario. En ocasiones, las bacterias de las manos o la piel pueden causar infecciones urinarias.
- Actividad sexual: Durante las relaciones sexuales, las bacterias de la zona genital pueden penetrar en la uretra y las vías urinarias. Contraer infecciones urinarias por contacto sexual es común en las mujeres.
- Anomalías del tracto urinario: Si tiene anomalías estructurales u obstrucciones, como cálculos renales, la orina no puede fluir correctamente. Cuando la orina se obstruye y no sale del cuerpo como debería, es más probable que proliferen las bacterias.
- Un sistema inmunitario debilitado: Ciertas afecciones médicas, como la diabetes , el VHI/ SIDA o el consumo de medicamentos inmunosupresores, pueden aumentar la probabilidad de contraer infecciones urinarias. Esto se debe a que el sistema inmunitario desempeña un papel importante en la lucha contra las infecciones del organismo.
- Cambios hormonales: Las fluctuaciones hormonales que experimentas durante el embarazo o la menopausia pueden cambiar tu tracto urinario, haciéndolo más susceptible al crecimiento excesivo de bacterias y a las infecciones.
- Edad: Los adultos mayores y los niños pequeños tienen mayor riesgo.
- Malas prácticas de higiene: Limpiarse de atrás hacia adelante después de ir al baño puede llevar bacterias del ano a la uretra. Los niños pequeños que están aprendiendo a usar el baño y las personas con afecciones como la enfermedad de Alzheimer y la demencia pueden contraer infecciones urinarias debido a la mala higiene.
- No vaciar completamente la vejiga : dejar orina en la vejiga puede aumentar el riesgo de sufrir infecciones urinarias.
- Uso de sonda: Usar una sonda aumenta el riesgo de infecciones urinarias. Esto se debe a que las sondas pueden introducir bacterias en las vías urinarias y crear un entorno propicio para su proliferación.
- Cambios posmenopáusicos: después de la menopausia, los cambios hormonales hacen que las paredes vaginales sean más delgadas y disminuyen los niveles de bacterias protectoras naturales.
- Antecedentes de infecciones urinarias: las personas que han tenido infecciones urinarias en el pasado tienen mayor riesgo de volver a tenerlas.
- Anatomía: En las personas con vagina, la uretra y el ano están más cerca que en las personas con pene, y la abertura de la uretra está cerca de la vejiga. Esto facilita que las bacterias intestinales lleguen al tracto urinario. Por lo tanto, aproximadamente el 20 % de las mujeres sufrirá al menos una infección urinaria a lo largo de su vida.
- Métodos anticonceptivos: El uso de espermicidas puede alterar las bacterias que viven en la vagina y aumentar la probabilidad de contraer infecciones urinarias. Usar un diafragma o un condón sin lubricar también puede aumentar el riesgo.
- Infecciones de transmisión sexual (ITS): Los gérmenes que causan herpes, gonorrea, clamidia y micoplasma también pueden infectar la uretra.
- Procedimientos urinarios: si recientemente se ha sometido a un examen o cirugía del tracto urinario, su riesgo de tener una infección urinaria es mayor.
- Riesgo genético o familiar: Se ha demostrado que ciertos rasgos genéticos hacen que las células del tracto urinario de algunas personas sean más susceptibles a las infecciones, por lo que un mayor riesgo de infecciones urinarias puede ser hereditario en algunas familias.
¿Cómo se diagnostica una infección urinaria?
Si cree que podría tener una infección urinaria, le conviene llamar a un profesional de la salud. Su profesional puede ofrecerle asesoramiento y tratamiento personalizados según sus síntomas e historial médico. Recibir un diagnóstico y tratamiento rápidos puede ayudarle a recuperarse más rápidamente y reducir el riesgo de problemas.
Es probable que su proveedor tome estos pasos para diagnosticar una infección del tracto urinario:
- Revisión de su historial médico: Su proveedor le preguntará sobre síntomas como la frecuencia con la que orina, si siente urgencia urinaria, si tiene dolor o molestias al orinar y si presenta signos de infección, como fiebre o escalofríos. También podría preguntarle sobre infecciones urinarias previas u otras afecciones médicas.
- Examen físico: Es posible que le revisen si tiene signos de infección o dolor en la parte baja del abdomen, la espalda o la región pélvica. También le revisarán los genitales.
- Análisis de orina: Probablemente le pedirán una muestra de orina para analizarla. En el laboratorio, analizarán su orina para detectar bacterias, sangre blancos (que son signos de una respuesta del sistema inmunitario), sangre rojos y anomalías. También podrían identificar la bacteria específica que causa la infección. Esto se denomina urocultivo y puede ayudar a su médico a elegir el antibiótico más adecuado para el tratamiento.
- Cistoscopia: si tiene infecciones urinarias con frecuencia, su doctor podría querer mirar dentro de su uretra y vejiga con una pequeña cámara llamada cistoscopio.
- Pruebas adicionales: En algunos casos, podrían ser necesarias más pruebas para determinar la causa de las infecciones urinarias. Por ejemplo, pruebas de imagen como una resonancia magnética, una ecografía o una tomografía computarizada permiten examinar las vías urinarias en busca de anomalías u obstrucciones (como cálculos renales). También podría necesitar una evaluación adicional si la infección se ha propagado a los riñones u otras partes de las vías urinarias.
Los síntomas de una infección urinaria siempre deben ser controlados por un proveedor de atención médica, pero es especialmente importante buscar atención y tratamiento para:
- Fiebre asociada a síntomas de infección urinaria
- Síntomas graves o que empeoran
- Infecciones urinarias recurrentes o síntomas que no mejoran con el tratamiento con antibióticos
- Síntomas en niños, mujeres embarazadas o adultos mayores de 65 años
- Condiciones de salud subyacentes que podrían ser un factor
¿Cómo se trata una infección urinaria?
A veces, las infecciones urinarias desaparecen por sí solas, pero como casi siempre son causadas por bacterias, generalmente se necesitan antibióticos para tratarlas. En raras ocasiones, los virus u hongos pueden causar infecciones urinarias. Si tiene este tipo de infección urinaria, su doctor podría recetarle medicamentos antivirales o antimicóticos.
Para elegir un antibiótico, su doctor considerará la gravedad de la infección, sus antecedentes médicos y cualquier alergias o intolerancia a los antibióticos. También querrá considerar la resistencia a los antibióticos (cuando ciertas cepas bacterianas ya no responden a ciertos antibióticos).
Los médicos suelen recetar estos antibióticos para las infecciones urinarias:
- Trimetoprima-sulfametoxazol (Bactrim, Bactrim DS)
- Nitrofurantoína (Macrodantin, Macrobid, Furadantin)
- Fosfomicina (Monurol)
- Cefalexina
- Ceftriaxona (antibiótico intravenoso, que no suele formar parte del tratamiento ambulatorio)
Su doctor podría recetarle fluoroquinolonas, como ciprofloxacino (Cipro) o levofloxacino, para una infección renal o una infección urinaria compleja. No suelen recetarse para infecciones urinarias simples.
Probablemente se sentirá mejor en unos días, pero es importante tomar los antibióticos según las indicaciones y terminar toda la medicamento recetado , incluso si sus síntomas mejoran. De lo contrario, la infección puede reaparecer.
Además de los antibióticos, estos pasos pueden ayudar:
¿Pueden los analgésicos ayudar con los síntomas de las infecciones urinarias?
Los analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno (Advil, Motrin) o el acetaminofén (Tylenol), pueden ayudar a reducir el dolor, la fiebre y los síntomas hasta que los antibióticos hagan efecto. Asegúrese de consultar con su médico antes de tomar cualquier medicamento. También puede colocarse una almohadilla térmica tibia en el abdomen para alivio el dolor.
¿Por qué debería beber más líquidos si tiene una infección urinaria?
Beber abundante agua y otros líquidos puede ayudar a eliminar las bacterias del tracto urinario para que puedas sanar. El agua es la mejor opción, pero también puedes beber líquidos sin cafeína, como té de hierbas o jugo de arándano 100% sin azúcar (no cóctel de jugo de arándano, que contiene azúcar). Se ha demostrado que el jugo de arándano ayuda a reducir el riesgo de desarrollar una infección del tracto urinario, pero no sustituye a los antibióticos y no debes depender de él para el tratamiento si tienes síntomas. No bebas alcohol, jugos cítricos ni bebidas con cafeína hasta que te recuperes. Pueden irritar la vejiga.
¿Pueden los analgésicos urinarios aliviar las molestias?
En algunos casos, su médico podría recomendar o recetar analgésicos urinarios, como AZO o Pyridium, para aliviar la incomodidad o el ardor que pueda sentir al orinar. Estos medicamentos proporcionan alivio mientras los antibióticos actúan para eliminar la infección, pero solo alivian los síntomas. No sustituyen a los antibióticos.
¿Por qué son importantes las pruebas de seguimiento después de una infección urinaria?
Después de terminar de tomar los antibióticos, es posible que su médico quiera verlo para asegurarse de que la infección se haya tratado correctamente. Probablemente analizará otra muestra de orina para confirmar que las bacterias que causaron la infección urinaria hayan desaparecido.
¿Qué pasa si tengo infecciones urinarias frecuentes?
Las infecciones urinarias son muy comunes. Si ya has tenido una, es posible que reconozcas los síntomas. Sin embargo, no es recomendable autodiagnosticarse ni tratarse. Es importante consultar con tu profesional de la salud para obtener consejos y tratamiento según tu estado de salud general y la infección específica.
Si tiene infecciones urinarias frecuentes, su proveedor podría recomendarle:
- Antibióticos de dosis baja que se toman durante un tiempo prolongado
- Una sola dosis de antibiótico después de tener relaciones sexuales.
- Antibióticos que toma ante la primera señal de una infección
- Terapia vaginal con estrógenos, si estás posmenopáusica
Las infecciones urinarias frecuentes o no tratadas pueden causar complicaciones como infecciones renales o una infección que se propaga al torrente sanguíneo. Los niños pequeños, las personas con diabetes, las personas con sistemas inmunitarios debilitados o las personas que contraen infecciones urinarias con frecuencia deben buscar atención médica de inmediato. Es posible que necesiten pruebas especializadas debido a su mayor riesgo de complicaciones.
Las infecciones urinarias más graves podrían requerir tratamiento antibiótico intravenoso (IV) en un hospital. Recibir tratamiento para una infección urinaria si está embarazada es muy importante, ya que tiene mayor riesgo de tener un bebé con bajo peso al nacer o prematuro.
¿Cómo se puede prevenir una infección urinaria?
No se pueden evitar por completo las infecciones urinarias. Pero puedes tomar estas medidas para reducir la probabilidad de infección:
- Manténgase hidratado y beba mucha agua. Orinar ayuda a eliminar las bacterias del tracto urinario.
- Limpie de adelante hacia atrás después de usar el baño para mantener los gérmenes del ano lejos de la uretra.
- Orine antes y después de la actividad sexual. Si no puede orinar, lave la zona genital con agua tibia.
- Orine tan pronto como lo necesite. No retenga la orina por mucho tiempo.
- Tome duchas en lugar de baños.
- Use ropa holgada y ropa interior de algodón.
- No uses productos de higiene femenina como duchas vaginales, aerosoles o polvos. Pueden alterar el equilibrio natural del tracto urinario.
- Cuando tengas el período, cambia las toallas sanitarias y los tampones con frecuencia.
- Considere tomar probióticos o productos de arándano, como jugo de arándano 100 % sin azúcar, o suplementos. Estos pueden ayudar a proteger contra las infecciones urinarias. Su profesional de la salud puede informarle sobre las ventajas y desventajas de los suplementos.
Si sigue estas medidas y sigue teniendo infecciones urinarias con frecuencia, llame a su médico. Podría haber causas subyacentes o factores de riesgo que estén causando sus infecciones.
Las infecciones urinarias pueden ser incómodas o incluso dolorosas, pero suelen responder al tratamiento y desaparecer rápidamente. Al tomar medidas para prevenirlas, puede minimizar las probabilidades de contraerlas. Sin embargo, si nota algún síntoma, llame a su médico para que pueda iniciar el tratamiento de inmediato.